Al detenerse en el abrevadero, Anja vio una leona escondida entre los arbustos, acechando a las jirafas. Parecía como si hubieran visto al león, pero todos estaban mirándola fijamente.
Anja Kruger estaba viajando en el Parque Nacional Kruger, mientras estaba de vacaciones con su familia.
Al salir de Skukuza hacia Tshokwane, hay un famoso abrevadero llamado Leeupan, que, en afrikáans, se traduce directamente como “Abrevadero de Leones”. Bastante apropiado, ¿no?
Mientras Anja disfrutaba de una pausa en el abrevadero, su mirada se posó en una escena digna de documental: una leona, hábilmente oculta entre los arbustos, acechaba a un grupo de majestuosas jirafas. La tensión en el aire era palpable; las jirafas parecían estar al tanto de la presencia de su depredador, pues todas dirigían sus miradas directamente hacia ella.
¡De pronto, la acción se desencadenó! La leona se lanzó con audacia hacia una de las crías de jirafa, apuntando con precisión milimétrica. El corazón de Anja latía con fuerza mientras capturaba cada momento de esta impresionante caza a través de su cámara.
La secuencia de fotos que Anja capturó de la caza es absolutamente impresionante.
Con destreza felina, la leona escaló la jirafa y se abalanzó directamente hacia su cuello, el objetivo preciso de su ataque.
Era un recordatorio vívido de la crueldad natural del reino animal; los leones, con su instinto imparable, buscan el cuello como punto de asfixia, y con una jirafa, el desafío no era menor, con su largo y elegante cuello ofreciendo múltiples opciones.
Una vez derribada la cría al suelo, la leona centró toda su atención en asegurar su presa, garantizando que no se le escapara esta recompensa tan merecida. Los minutos parecían eternos mientras la naturaleza seguía su curso implacable.
Después de un par de minutos, la leona arrastró el cadáver a la sombra cercana donde ella y el resto de la manada podrían festinar.
Con la tarea cumplida, la leona arrastró el cadáver hasta la sombra cercana, donde ella y el resto de su manada podrían saborear el fruto de su cacería.
Esta experiencia, capturada en las impresionantes fotografías de Anja, sirve como un recordatorio de la belleza y la brutalidad del mundo salvaje.