El sol brillante sobre la tranquila pradera se rompe de repente por la persecución del cazador y la presa. ¿Podrá el antílope eludir el moгtаɩ zarpazo del guepardo con sus saltos espectaculares? bd

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El sol derramaba fuego sobre la vasta estepa, tiñendo de amarillo la hierba alta. En medio de esa pacífica escena, un antílope pasta tranquilamente, sin darse cuenta del peligro que acecha.

Los fríos ojos de un leopardo escondido entre los arbustos se fijaron en su presa. Con pasos ligeros y flexibles, se acercó, su cuerpo flexible se acurrucó cerca del suelo, como si se convirtiera en uno con las zonas claras y oscuras de la pradera.

La distancia era suficiente, el leopardo de repente saltó y corrió hacia su presa. El antílope se sobresaltó, su instinto de supervivencia surgió, dobló las patas y se precipitó hacia adelante. Comienza la persecución.

En la vasta estepa, dos depredadores y sus presas crean una carrera impresionante.

El ñu no es menos competitivo: zigzaguea y zigzaguea por la hierba, los saltos espectaculares le ayudan a mantenerse alejado de los depredadores.

La estepa fue testigo de una persecución espectacular, polvo volando, respiraciones pesadas mezcladas con el silbido del viento.

 

Después de una impresionante persecución, el leopardo alcanzó a su presa. Ha llegado el momento decisivo.Puso toda su fuerza en sus patas traseras, saltó alto en el aire, con el cuerpo extendido como una flecha viviente.

El hermoso pelaje con manchas amarillas y negras se mezcla con la luz del sol, creando una poderosa ilusión. Garras afiladas, parecidas a dagas, se extendieron y apuntaron directamente a la presa.

El tiempo pareció detenerse, sólo el sonido del viento silbando a través de los oídos del leopardo. Luego, con una velocidad aterradora, descendió en picado, su poderoso salto, tan preciso como un rayo, puso fin a la caza.

 

¡juego terminado! El leopardo, con su fuerza y ​​velocidad superiores, pudo alcanzar a su presa. Con un poderoso salto, el leopardo derribó al antílope. La persecución termina, el ganador disfruta de su comida y el perdedor acepta las duras leyes de la naturaleza.

 

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