¡Qué miseria! El pobre perro no sólo estaba hambriento y enfermo, sino que también tenía miedo de todo lo que se le acercaba.Una enfermedad psicológica ɡгаⱱe. bd2

Detallando la transformación de un perro que alguna vez sufrió y había perdido la fe en la humanidad.

En un mundo que a menudo pasa por alto la difícil situación de nuestros amigos de cuatro patas, la historia de un perro temeroso, desconfiado y desesperanzado sirve como un recordatorio conmovedor del poder de la compasión y la resistencia de los animales.

En el hospital, el médico dijo que el perro tenía hambre y estaba desnutrido. No dudó en pagar el coste y aceptó dejar que trataran al perro. Dedica tiempo todos los días a cuidarlo. Compró comida de alta calidad.

Al acercarme al perro, me di cuenta de la profundidad de su miedo y desconfianza hacia los humanos. Se acurrucaba, con la cola firmemente escondida entre las patas, evitando el contacto visual a toda costa. Era evidente que había soportado un historial de negligencia, abuso o abandono, dejándolo

 

Día a día comenzamos el viaje de reconstruir la confianza del perro. Le presenté un entorno seguro y cómodo, asegurándome de que tuviera un refugio adecuado, alimentos nutritivos y atención médica periódica. Con el tiempo, empezó a aceptar mi presencia e incluso meneaba tímidamente la cola en respuesta a mi cariño.