Los perros son más que mascotas; son miembros de la familia. En lugar de ser ignorados y confinados a una jaula pequeña, deben ser jugados y proporcionados con un refugio adecuado.
Este es el único punto de la vida que he conocido. Ha pasado toda su vida en un corral al aire libre, sin nadie que lo ame o juegue con él.
Era un perro adorable que tenía mucho amor para dar, pero nadie se lo daba. Sus dueños fingían que no existía, pero solo quería ser reconocido.
Los trabajadores de campo de Beta finalmente lograron liberarlo. Babe no pudo ocultar su felicidad cuando el voluntario vino a dejarlo libre.
Comenzó a mover la cola y a saltar de arriba abajo por todo el recinto. Babe estaba acostado de espaldas recibiendo un masaje abdominal cuando el trabajador de campo entró.
Por primera vez en su vida, la mujer le puso una correa y lo sacó de la jaula. Al principio estaba confundido, pero se alegró de estar libre.
Fue llevado al veterinario para una inspección y fue adoptado unos días después.
Babe finalmente ha encontrado un hogar amoroso y está viviendo la vida que merece. Ahora puede jugar y acurrucarse en el sofá sin preocuparse por estar confinado en el corral al aire libre.
Movía la cola y se abalanzaba sobre la jaula cada vez que alguien lo miraba, indicando que quería jugar con ellos.
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