En las sórdidas profundidades de una zanja de aguas residuales, yacía una figura lúgubre. A primera vista, uno podría haberlo confundido con otro montón de escombros, desechados y olvidados.
Pero una mirada más cercana reveló una verdad que mejora la salud. eга un perro, su frágil cuerpo luchando contra la creciente marea de agua sucia, el paso de desesperado clamando a su pelaje enmarañado.
Nuestro equipo de Animal Aid Unlimited recibió la llamada justo a tiempo. El informante había visto al perro, su cuerpo apenas visible sobre el agua turbia. Mientras nuestro equipo corría hacia el sitio, sus corazones se llenaban de aprehensión y temor, pensando que llegarían demasiado tarde.
Al llegar al lugar, encontraron al perro en una posición imaginaria. Sumergida en un pie de agua sucia, su postura apenas sobre la superficie, estaba sumida en el proceso de adormecimiento.
Cada respiración eга una fuerza mientras su postura cansada se sumergía en el agua, emergiendo como silenciosas súplicas de ayuda. Fue un juego que no eга momento, y si hubiéramos esperado cinco minutos más tarde, es posible que se hubiera ahogado.
Sacándola de las aguas residuales, con su cuerpo flácido y responso, descubrimos el alcance de sus lesiones. Una pata estaba completamente fracturada, las patas destrozadas apenas eran tejido blando.
eга posible que se hubiera escapado de un auto, y que el dolor y la confusión la hubieran llevado a buscar refugio en el agua, tal vez en una ayuda desesperada para detener el flujo o que la golpeara.
Al llegar a Animal Aid, nuestra evaluación inicial сoпfігmó nuestras peores temores. Phoeenix, como decidimos llamarla, estaba en ѕһoсk. Su pulso eга débil, casi imperceptible, y estaba hipotérmica, su temperatura corporal fluyendo. Temíamos que pudiéramos llevarla a la pelea.
Phoeenix necesitó urgentemente una amputación para salvar su vida, pero su estado de debilidad le hizo imposible resistir los rigores de la cirugía. La tarea que teníamos por delante eга un delicado acto de equilibrio.
Necesitábamos estabilizarla, fortalecer su capacidad para garantizar la operación y, al mismo tiempo, mantener la afectación y el daño al mínimo. Las probabilidades parecían insuperables, pero no estábamos preparados para rendirnos con Phoeenix.
Durante varios días, nuestro equipo trabajó incansablemente, administrando antibióticos para combatir la infección, medicamentos para aliviar su afección y líquidos ricos en nutrientes para reforzar su fuerza.
Fue una carrera contra el tiempo, pero Phoeenix eга una fiera. Se aferró a la vida con una tenacidad impresionante, su espíritu tan indomable como el pájaro mítico que le dio nombre.
Después de tres días de cuidados intensivos, Phoeenix fue considerada estable por mucho tiempo. El procedimiento fue un triunfo, resultando en la amputación exitosa de su pata lesionada.
El camino hacia la recuperación resultó lento y requirió varias horas de fisioterapia, medicación y atención atenta y amorosa. Sin embargo, Phoeenix abordó cada problema con valentía y determinación inquebrantables.
Hoy, Phoeenix es un testimonio vivo del milagro de la resiliencia y la supervivencia. Su espíritu, cargado de dolor y fatiga, se eleva alto. Ella lleva la vida en tres patas con alegría y alegría, su cola siempre meneándose y sus ojos brillando con gratitud y amor.
La zanja de aguas residuales es un recuerdo lejano, un marcado contraste con la calidez y seguridad de su nuevo hogar. La historia de Phoeenix sirve como un recordatorio conmovedor del poder de la resiliencia, la fuerza de la voluntad de vivir y las transformaciones milagrosas que el amor y el cuidado pueden provocar.
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